Descripción
En el día de la comunión, cada detalle resplandece con significado y devoción. Una vela en forma de cruz se convierte en el símbolo perfecto de esta ocasión tan especial. Su suave luz, al encenderse, representa la presencia divina que guía a los pequeños fieles en su camino espiritual. Con delicados adornos y una paleta de colores suaves, esta vela no solo ilumina el altar, sino también los corazones de quienes la rodean. Es un recuerdo tangible de fe y esperanza, una joya que acompañará al niño o niña en su viaje, convirtiendo este momento en algo verdaderamente memorable.